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La propuesta en mi anterior post de un gobierno mundial ha provocado múltiples reacciones. Cito textualmente algunas:
Idea interesante pero utópica por la tendencia humana a las guerras y luchas.
Ya ha habido intentos de establecer una institución mundial: ONU, BRICs… pero hay mucha corrupción y los gobiernos nacionales fuertes se saltan las recomendaciones.
Se ve la posibilidad de diálogo entre religiones y filósofos de distinto signo para intentar elaborar una ética de mínimos. Pero la experiencia dice que quien se ve con el poder tiende a saltarse la ética a la torera.
Tal organismo supondría un gran paso hacia un nivel superior en el proceso evolutivo de la vida. Pero lo veo como una utopía. Somos una especie muy joven. En más de tres milenios de desarrollo apenas hemos conseguido unos ciertos avances científicos y técnicos, unos dificultosos principios de convivencia; unas confusas normas morales. Todo eso está bien, pero los Homo Sapiens en nuestra soberbia creemos que eso es mucho pero no es así. El Organismo que apuntas puede que vea la luz en tres o cuatro siglos y dudo de que sea beneficioso o sería una forma de tiranía o dictadura.
El temor del llamado “globalismo” es dar lugar a un gobierno mundial de las grandes corporaciones a las que no hemos dado el voto.
Necesitamos mecanismos de entendimiento y colaboración globales. (…) Pero ese mecanismo no puede ser una “autoridad” global. Si los países ya superan con mucho la capacidad de gobierno de las élites y avanzamos hacia una “autocratización” de las “democracias” ¿cuánto más limitado y peligroso sería un único gobierno global? Lo que necesitamos es algo similar a la idea activista de blockchain, mecanismos de coordinación que no pueden ser capturados por minorías.
Todas estas observaciones son dudas operativas: dudas sobre la capacidad de convivir en paz, de que los gobiernos nacionales acepten las normas de la autoridad mundial, sobre la madurez “moral” de nuestra especie, sobre el temor a un gobierno no elegido democráticamente, sobre la capacidad de las élites para el gobierno mundial. Y creo que estas cuestiones se pueden resolver en poco tiempo si los sabios y líderes tienen claros y explícitos el fin y los medios de esta gobernanza. Una vez asumido esto, la estrategia a seguir y los medios a utilizar son problemas técnicos abordables, y las formas de un posible gobierno pueden ser múltiples y contingentes.
La humanidad como sujeto de gobierno
Lo más importante para cualquier forma de autoridad mundial es que quien la ejerza, y los gobernados, asuman que el sujeto a gobernar es toda la especie/humanidad, todo el mundo mundial, y que los grupos, las naciones y los colectivos de cualquier tipo que la forman, son partes de una misma familia biológica, que en nuestro caso supone una única Humanidad fraterna.
La idea de que los seres humanos pertenecemos a un mismo colectivo, a una misma familia es ya una idea creciente, sobre todo en los países más desarrollados. Y se va extendiendo y asumiendo con las pandemias, los cambios globales del clima, el desarrollo de internet y los mensajes de los medios de comunicación. Y asimismo, en los discursos de los líderes mundiales cada vez se hace más referencia a la Humanidad como sujeto: los presidentes de los grandes países, las encíclicas papales, los directivos de los organismos públicos y de las grandes multinacionales…
Pero sea cual sea el estado actual de la idea de pertenencia a la familia humana, la creación y ejercicio de un gobierno o autoridad mundial sería determinante para que esta conciencia se desarrolle y consolide. Y para que, según mi buen amigo José María Fuster, Presidente de la Fundación Sicomoro y Académico de Honor de la Real de Ciencias, nuestra especie pueda ser vista como un sistema y tratada como tal (ver apartado C de La especie como sujeto) .La especie humana pertenece al mundo de lo complejo.
Un sistema es un todo que no puede descomponerse en partes independientes. Las propiedades esenciales de un sistema (considerado éste como un todo) derivan de la interacción entre las partes, no de sus acciones tomados por separado (aisladamente). -Checkland (1982)
La supervivencia de la humanidad como objetivo y la cooperación como medio
El objetivo o finalidad principal y prioritario de un gobierno o autoridad mundial sería, la supervivencia de la especie/ humanidad. Este objetivo es obvio y está implícito en los gobiernos grupales pero en el mundial deberá estar expreso y servir de base para toda su actuación. De este fin prioritario se derivan los objetivos parciales: la salud, la prevención de catástrofes, la paz, el bienestar, la igualdad de derechos, el respeto a la diversidad, la educación, la libertad responsable,…
Esta finalidad es biológica y natural y está operativa desde el principio de los tiempos. El hacerla expresa, y tener poder para intentar conseguirla, llevaría a revisar, poco a poco y sin forzar, lo que sea malo para este objetivo, y a adoptar las medidas que lo favorezcan. Por ejemplo: el desarme mundial, la paternidad responsable, evitar derroches en el consumo, cuidar a los marginales y evitar su crecimiento…
En cuanto a los medios, en todas las especies sociales, incluida la nuestra, el gobierno grupal se ha ejercido y ejerce mediante dos formas básicas de comportamiento: la competencia/lucha y la cooperación/altruismo. Generalmente la competencia/ lucha es con los grupos ajenos y la cooperación/altruismo en las relaciones intragrupo.
Nuestra especie ha ido desarrollando una cooperación/altruismo creciente que le ha permitido adquirir sus enormes capacidades actuales de comunicación y de relaciones globales: intragrupo y entre los distintos colectivos. Y como hacen todas las especies, la nuestra ha ido asumiendo esta capacidad de colaboración/altruismo que parece ser la estrategia más eficaz para supervivir: como especie y como individuos.
Posibles formas de gobierno
Creo que, con estas premisas y con los medios técnicos actuales cualquier forma de gobierno es válida: autocracia individual o grupal, consejo de sabios, parlamento mundial, tecno-anarquía con consenso global…, lo mejor y posible en cada momento.
Y a estas formas de gobierno se puede llegar: por consenso entre los líderes grupales, por la fuerza, o después de una catástrofe natural o provocada.
Lo importante es que, sea cual sea la forma de la autoridad o gobierno, tenga como fundamento las ideas básicas citadas:
El gobierno mundial debe estar dirigido a toda la humanidad como sujeto activo y beneficiario. Y en principio parece mejor que sea ejercido de forma descentralizada, dejando con sus propias culturas y modos, a las personas singulares y grupos que la integran.
La finalidad prioritaria es la supervivencia de la propia especie, lo que parece se facilita mediante la cooperación y el altruismo. Y procurando el mayor bienestar físico y espiritual posibles a todas las personas según sus circunstancias. Con la mayor libertad individual y grupal.